lunes, 29 de mayo de 2023
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¿Qué es la Nueva Agenda Urbana adoptada en Hábitat III?

Urbanización sostenible, creación de empleo, oportunidades y mejora en la calidad de vida como estrategias de desarrollo.
¿Qué es la Nueva Agenda Urbana?
 
La Nueva Agenda Urbana fue adoptada en Hábitat III en Quito, Ecuador, el 20 de octubre de 2016. Es la continuación de la Agenda de Hábitat, que fue adoptada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat II) en 1996 y definió “líneas de acción a varios niveles en relación con cuestiones relativas a la vivienda y los asentamientos humanos”. La Nueva Agenda Urbana fue respaldada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su sexagésima octava sesión plenaria del septuagésimo primer período de sesiones el 23 de diciembre de 2016 y, por lo tanto, representa una visión compartida para un futuro mejor y más sostenible.
 
La Nueva Agenda Urbana está pensada como un recurso para diferentes actores en diferentes niveles de Gobierno, desde el central hasta el local, y para las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y todos los que residen en los espacios urbanos del mundo. La Nueva Agenda Urbana destaca los vínculos entre la urbanización sostenible y la creación de empleo, las oportunidades de subsistencia y la mejora de la calidad de vida, e insiste en la incorporación de todos estos sectores en todas las políticas y estrategias de desarrollo o renovación urbana.
 
La Nueva Agenda Urbana se desarrolló con la intervención de los Estados Miembros participantes; organizaciones intergubernamentales; ONU-Habitat y otros organismos; fondos y programas de las Naciones Unidas; expertos de la unidad de políticas; gobiernos subnacionales y locales y todas las principales redes de gobiernos locales y regionales, así como otras ONG relevantes y organizaciones gubernamentales y privadas (Figura 1). Las aportaciones de estos grupos de expertos y distintos actores formaron la base del documento preliminar de la Nueva Agenda Urbana, que se perfeccionó aún más mediante comentarios y debates con los Estados Miembros durante las audiencias con gobiernos locales y actores diversos, antes de ser finalizado y adoptado en la conferencia Hábitat III.
 
La Nueva Agenda Urbana representa un cambio de paradigma basado en la ciencia de las ciudades y establece estándares y principios para la planificación, construcción, desarrollo, gestión y mejora de las áreas urbanas a lo largo de sus cinco pilares principales: políticas urbanas nacionales, legislación y regulaciones urbanas, planificación y diseño urbano, economía local y finanzas municipales, e implementación local.
 
La Nueva Agenda Urbana funciona como un acelerador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 11 -Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles - a fin de proporcionar un marco integral para guiar y dar seguimiento a la urbanización en todo el mundo. Consciente del hecho de que el 95% del crecimiento urbano se producirá en países en desarrollo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 establece metas y define indicadores para medir el progreso y el crecimiento.
 
 
Tendencias globales de urbanización
 
La urbanización ha sido una de las tendencias más significativas que han configurado el entorno construido en los siglos XX y XXI. El cambio hacia un mundo cada vez más urbanizado es una fuerza transformadora que puede y debe aprovecharse para garantizar el desarrollo sostenible de personas y lugares en todos los países. Las ciudades son el escenario para abordar muchos de los desafíos globales de hoy, que van desde la pobreza extrema y el desempleo hasta la degradación ambiental y el cambio climático. En las ciudades, abordar los desafíos del desarrollo con intervenciones efectivas puede tener impactos acumulativos de gran alcance.
 
La urbanización brinda una gran oportunidad y es una de las herramientas más importantes para llevar hacia adelante la agenda de desarrollo sostenible; sin embargo, si no se planifica y se gestiona de forma deficiente, la urbanización también tiene el potencial de exacerbar muchos de los problemas que pretende resolver. La urbanización mal planificada o no planificada ha provocado desórdenes económicos, disturbios civiles, congestión y degradación ambiental, así como un aumento de los barrios marginales y la expansión (ONU-Habitat, 2016).
 
Los nuevos datos (ONU-Habitat, 2020) revelan que hay casi 2,000 áreas metropolitanas en todo el mundo, en las que actualmente vive un tercio de la población mundial. ONU-Habitat predice que para 2035, la mayoría de la población mundial vivirá en áreas metropolitanas, que generalmente se entienden como aglomeraciones urbanas compuestas por una ciudad principal vinculada a otras ciudades cercanas o áreas urbanas o suburbanas circundantes, como el Área Metropolitana de Tokio-Yokohama, el Gran Londres, el Área Metropolitana de Bucaramanga en Colombia o la Bahía Nelson Mandela en Sudáfrica.
 
Los datos de ONU-Habitat muestran que actualmente hay 1,934 áreas metropolitanas, también conocidas como metrópolis, con más de 300,000 habitantes. Estos albergan alrededor del 60 por ciento de la población urbana del mundo y un tercio de la población mundial. La mayoría (1,038) se encuentran en la región de Asia-Pacífico con 444 en China y 191 en India, en comparación con 55 en Nigeria, 61 en Brasil, 144 en Estados Unidos y 67 en Rusia.
 
Se proyecta que casi mil millones de personas se convertirán en habitantes metropolitanos en los próximos 15 años y habrá 429 nuevas metrópolis para 2035.
 
 
Por tanto, la Nueva Agenda Urbana llega en un momento muy crítico y oportuno de la historia global. Si bien los desafíos que enfrentan las ciudades, pueblos y aldeas en diferentes países son variados, la Nueva Agenda Urbana está diseñada para su aplicación universal. Presenta una visión a largo plazo y establece prioridades y acciones, además de proporcionar herramientas que se pueden aplicar a nivel regional, nacional, subnacional y local, lo que permite a los gobiernos y otros actores relevantes, satisfacer las necesidades y desafíos urbanos específicos del contexto. Mientras todo el mundo se urbaniza, la naturaleza y las características de la urbanización en cada región son diferentes.
 
En Asia Oriental, la expansión urbana se extendió por más de 28,000 kilómetros cuadrados y creció en 200 millones de personas entre 2000 y 2010, y una gran parte de este crecimiento se produjo en China (Banco Mundial, 2015). Aunque la urbanización de Asia Oriental está asociada con imágenes de Beijing, Hong Kong, Seúl, Manila y otras megaciudades, la mayor parte del crecimiento urbano se produjo en ciudades pequeñas y medianas (Banco Mundial, 2015). El crecimiento en estas áreas está fragmentado en las fronteras metropolitanas y, a menudo, sobrepasa las fronteras administrativas; lo que requiere una sólida planificación regional y multi jurisdiccional. A medida que la urbanización conlleva conversiones de tierras rurales a urbanas, los gobiernos también deberán abordar las consecuencias ambientales de la rápida urbanización, además de integrar mejor y proporcionar servicios públicos a las poblaciones rurales en áreas urbanizadas. La población urbana de Asia Meridional también está preparada para crecer de manera significativa; se espera que llegue a 250 millones de personas en 2030, habiendo crecido significativamente en la última década. Alrededor de 130 millones de la población urbanizada de Asia Meridional vive en barrios marginales.
 
Los asentamientos informales se caracterizan con frecuencia por servicios públicos no planificados y su población no se contabiliza en los censos oficiales. Persisten los problemas de contaminación ambiental y congestión, mientras que la falta de tenencia formal impide el desarrollo. Por último, el 80% de las principales ciudades del sur de Asia se enfrentan al riesgo de inundaciones, y la población que estará expuesta a peligros crece un 3,5% anual (Ellis y Roberts, 2016). En el otro lado del planeta, la urbanización de África también ha sido veloz, a un ritmo que se mantendrá. Se prevé que la población urbana se duplique en los próximos 20 años, con 450 millones de nuevos residentes urbanos agregados en las próximas tres décadas.
 
Serán necesarias ciudades nuevas, además de las existentes, para albergar a esta población en crecimiento. Al igual que en el sur de Asia, la informalidad es una característica definitoria de la urbanización africana, donde el 70% de la población urbana vive en áreas informales. La Figura 2 muestra la urbanización en el mundo.
 
Si bien América Latina ya está relativamente urbanizada, las ciudades de la región enfrentarán desafíos similares relacionados con la congestión, la informalidad y la equidad en el acceso a los servicios (Ezquiaga Arquitectura, 2015). Las ciudades latinoamericanas son particularmente densas, debido a que su extensión territorial es relativamente pequeña, y también muestran una extrema desigualdad de ingresos, donde la brecha entre los más ricos y los más pobres es muy alta en muchas áreas urbanas; lo que produce contrastes notables. Dentro de las áreas periurbanas, los problemas de movilidad y transporte persisten, mientras que una débil gobernanza genera una expansión descontrolada y la persistencia de problemas de salud, medio ambiente y seguridad pública en los asentamientos informales (Ezquiaga Arquitectura, 2015). El Recuadro 1 ofrece una instantánea de diferentes patrones de urbanización en todo el mundo con ejemplos.
 
 
África
Ghana | Cape Coast y Acra
 
Las ciudades de Ghana se están expandiendo rápidamente; su población urbana casi se triplicó en las últimas tres décadas a un total de 14 millones de personas. Las ciudades más pequeñas están experimentando importantes aumentos de población a medida que el país se urbaniza.
 
Retos: Las ciudades se están expandiendo a través de un crecimiento descontrolado e ineficiente, debido a una planificación y gestión inadecuadas del uso de la tierra (Banco Mundial, 2015). Por ejemplo, en el municipio de Cape Coast, el Distrito Central de Negocios se está comercializando rápidamente a expensas del desarrollo residencial, dejando poco espacio para el desarrollo mixto y el parque de viviendas. Las zonas residenciales y los asentamientos se están alejando cada vez más de los recursos y los servicios públicos. La huella de la ciudad se expandió rápidamente, triplicándose en las últimas dos décadas, mientras que la vivienda sigue siendo inadecuada e inasequible; los alquileres, incluso para las viviendas de menor calidad, aumentaron un 100 por ciento en los últimos cinco años. Las vialidades y los derechos de vía están siendo invadidos por el desarrollo descontrolado, lo que plantea problemas para la generación de los servicios públicos (Eparque Urban Strategies, 2019).
 
En Acra, el área periférica de la ciudad es actualmente 5.5 veces el tamaño de la ciudad original, en 1990 (Ángel, 2018). Grandes sectores de la población de las zonas periféricas carecen de acceso a los servicios básicos. Por ejemplo, las tasas de acceso a los servicios de agua y saneamiento en realidad están disminuyendo a medida que la ciudad crece. Espacialmente, el acceso a los servicios básicos disminuye desde el centro de las ciudades hacia las zonas periféricas. Los precios de la tierra también se han disparado, lo que dificulta que los migrantes rurales adquieran formalmente parcelas y parcelas individuales. A través del muestreo de encuestas, el Banco Mundial ha encontrado que los precios de la tierra se dispararon entre 560 % y 1300% entre 1995 y 2005 (Banco Mundial, 2015).
 
Este de Asia
China | Nankín
 
Las ciudades de China han experimentado una rápida urbanización y migración desde las áreas agrícolas, donde 260 millones de trabajadores agrícolas han pasado a la vida urbana en las últimas tres décadas.
 
Retos: Una gran parte del desarrollo urbano se ha basado en el financiamiento de la tierra, lo que ha provocado una expansión descontrolada y un desarrollo ineficiente a medida que la tierra rural se convierte para uso urbano. Como consecuencia de este proceso, existe malestar social y tensión. La ciudad de Nankín es un ejemplo de ello sirve como “una voz” en el centro de Shanghái, y es una ciudad manufacturera que ha crecido significativamente en las últimas décadas, hasta una población de 8.5 millones de personas. La ciudad se sometió recientemente a un proceso de planificación maestra, cambiando su diseño que se centra en un solo centro de empleo (mono céntrico) a uno con múltiples nodos (policéntrico) (Chen y otros, 2016). Su rápida expansión también degradó las características naturales, dando como resultado nuevos procesos integrados de planificación ambiental, que buscan administrar mejor la urbanización y sus efectos sobre el entorno natural de los ríos que bordean la ciudad (Vollmer, 2009). Los pobres urbanos de la ciudad se concentran en los bordes del desarrollo; como resultado, es necesario planificar mejor la transformación rural-urbana y mantener la asequibilidad y el parque de viviendas disponibles dentro del núcleo de la ciudad (Chen, Gu y Wu, 2004).
 
Oportunidades: En Nankín, el control de la expansión también es clave para garantizar que la ciudad y sus oportunidades sean accesibles. Actualmente, debido al desarrollo en expansión, el tiempo de viaje diario de Nankín es mayor que en otras ciudades importantes (Banco Mundial, 2014b). En todo el país, el Gobierno central aspira a conectar las ciudades secundarias con las ciudades costeras más prósperas, mientras desarrolla el sector manufacturero en la primera categoría y el sector de servicios en la última categoría. Una aplicación mejor y más clara de los derechos sobre la tierra y modelos de propiedad más definidos harían más sostenible la expansión en todas las ciudades y permitirían centrarse en la gestión adecuada de la tierra, así como en la modernización agrícola, además de la urbanización. El Gobierno central también tiene planes de subsidiar la prestación de servicios públicos a los recién llegados de las zonas rurales a las ciudades para facilitar su entrada en la vida urbana. Los gobiernos locales también deben volverse más autosuficientes financiera y administrativamente. Si bien una gran parte del desarrollo se ha basado en una planificación maestra estandarizada, los enfoques más dinámicos también pueden facilitar el desarrollo de áreas urbanas que alguna vez fueron rurales o periurbanas.
 
 
Asia del Sur
India | Nueva Delhi
 
En 2019, aproximadamente un tercio de la población total de la India vivía en ciudades. La tendencia muestra un aumento de la urbanización en casi un 4 por ciento en la última década, lo que significa que la gente se ha mudado de las áreas rurales para encontrar trabajo y ganarse la vida en las ciudades.
 
Retos: India enfrenta varios desafíos en su urbanización. Regulaciones que no permiten un desarrollo más denso empujan a los habitantes urbanos hacia las periferias de los núcleos urbanos y los suburbios vecinos. Quienes no pueden pagar esos precios, pero necesitan acceso al núcleo de oportunidades de empleo, se ven obligados a vivir más allá de los límites municipales, en asentamientos informales. Los costos de llevar infraestructura a estos lugares son altos y la infraestructura se proporciona a un ritmo menor en estas periferias que en el núcleo urbano. El distrito de Delhi creció un 1,9% anual entre 2001 y 2011. El crecimiento de la población en Gautam Budh Nagar, una zona periférica, fue del 4,1% al año (Angel, 2018). La ciudad también ha invadido considerablemente áreas que antes eran rurales o naturales, lo que ha provocado la pérdida de casi la mitad de la superficie terrestre del cuerpo de agua de la ciudad. También se ha expandido en aproximadamente 66 millas cuadradas entre 2003 y 2011, y las densidades son inconsistentes y desordenadas dentro del tejido urbano (Grover y Singh, 2015).
 
Oportunidades: A medida que avanza la urbanización, estas ciudades requerirán instituciones más sólidas para administrar el uso de la tierra y regular las densidades relacionadas para brindar servicios públicos a los asentamientos existentes que carecen de ellos.
 
América Latina
Colombia | Bogotá
 
En Colombia, el 75% de las personas vive en zonas urbanas, y el 30% de la población total del país se encuentra en las cuatro ciudades más grandes, las cuales son particularmente densas y se encuentran entre algunas de las ciudades más densas del mundo. La ciudad capital de Bogotá tiene una población de 7.2 millones de personas.
 
Retos: A pesar de la densidad de las ciudades en Colombia, una gran parte de la tierra se subutiliza o no se utiliza, ya que los procesos burocráticos ralentizan el desarrollo necesario. El déficit habitacional persiste en las periferias de estas ciudades y representa una carga desproporcionada para los hogares pobres. La congestión es un problema en Bogotá, ya que una inadecuada inversión en carreteras ha aumentado los tiempos de viaje y el transporte público no se ha incentivado por completo. Por ejemplo, una evaluación realizada en 2007 encontró que el 40% de las carreteras estaban en malas condiciones; sin embargo, en los cinco años siguientes, solo se asignó el 6% de los fondos necesarios para mejoras. Las áreas pobres han sido socialmente excluidas y desprovistas de recursos y servicios; solo se ha asignado el 9% del costo estimado de la prestación de servicios. Las periferias crecieron de forma asombrosa en la ciudad, y el área periférica actual de la ciudad cubre el 88% del área terrestre de la huella que la cuidad tenía en 1990 (Ángel, 2018).
 
Oportunidades: La ciudad ha logrado algunos avances en la provisión de servicios públicos a través del desarrollo de áreas especiales de zonificación, lo que permite la formalización de las viviendas en barrios marginales (Lozano-Gracia y otros, 2012).
 
 
Las ciudades y regiones de todo el mundo se encuentran en diferentes etapas de urbanización y exhiben diferentes patrones. Por ejemplo, la Figura 3 ilustra la presencia de agua en el paisaje de irrigación del Valle del Jordán. Las poblaciones de América del Norte, Europa, América Latina y el Caribe están urbanizadas entre el 72 y el 82 por ciento, mientras que el África subsahariana, el este y el sur de Asia están urbanizadas en un 40, 34 y 59 por ciento, respectivamente (División de Población División de Naciones Unidas, 2018). Existen diferencias clave entre el mundo desarrollado y en desarrollo; mientras que la urbanización se está produciendo en ambos, la tasa es de mayor magnitud en el último. Según Ángel (2012), la población urbana en el mundo desarrollado aumentará en 170 millones en las próximas cuatro décadas, mientras que la población en el mundo en desarrollo crecerá en 2,600 millones de personas; como tal, las lecciones del mundo desarrollado podrían no ser totalmente aplicables a la escala de lo que ocurrirá en la urbanización en otros lugares (Ángel 2012). 
 
Fuente: Nueva Agenda Urbana (NAU). Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat)

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