lunes, 29 de mayo de 2023
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Construir una ciudad inclusiva a través del juego con oportunidades para todos

Cómo construir espacios públicos para personas con discapacidad, niños y mayores.

La publicación "Las ciudades como espacios de oportunidades para todos. Cómo construir espacios públicos para personas con discapacidad, niños, y mayores" del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tiene como objetivo promover prácticas de planificación urbana que puedan contribuir eficazmente a permitir a las personas con discapacidad, los niños y los ancianos el acceso a las oportunidades de trabajo, socialización y disfrute que ofrecen las ciudades. Es decir, sistemas diseñados con el propósito de facilitar el acceso de todas las personas a los parques, espacios públicos, sistemas de transporte, y permitirles participar activamente en la vida cívica independientemente de su nivel de habilidad. La monografía se estructura en dos partes. La primera parte proporciona un contexto sobre la evolución del estudio de las personas con discapacidad, específicamente, desde la perspectiva de las ciudades de ALC. La segunda parte es un conglomerado de estudios de caso sobre ciudades que han construido espacios y sistemas de tránsito que ayudan a eliminar las barreras que las personas con discapacidades, ancianos y los niños pequeños tienen que sortear en las ciudades.

En esta oportunidad transcribimos el estudio de caso de la ciudad de Campinas, Brasil: Construir una ciudad inclusiva a través del juego: Espacios públicos y parques recreativos inclusivos. Por Catarina Mastellaro

“Los niños y niñas urbanos necesitan variedad de lugares para jugar y aprender. Necesitan, entre otras cosas, oportunidades para hacer todo tipo de deportes y ejercicio y practicar habilidades físicas”. Jane Jacobs (2011)
 
Las ciudades y los espacios públicos tradicionalmente se han diseñado teniendo en cuenta las necesidades de las personas que trabajan a tiempo completo (remuneradas). En consecuencia, se han creado espacios públicos donde las niñas y los niños no se sienten seguros o no pueden jugar con supervisión limitada, lo que pone en riesgo su desarrollo y aumenta la carga que soportan sus cuidadores, en particular las mujeres, ya que estas realizan al menos dos veces y media más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres (ONU Mujeres, 2017). En el caso de los menores con discapacidad, la falta de espacios públicos adecuados también afecta su capacidad de jugar con otros menores (con o sin discapacidad). Desde esta perspectiva, la municipalidad de Campinas ha decidido promover la construcción de parques recreativos inclusivos donde niños y niñas con diferentes capacidades puedan jugar juntos, en el marco de una iniciativa más amplia para promover la accesibilidad y la construcción de una ciudad inclusiva que funcione para todos.
 
Þ     ¿POR QUÉ IMPORTAN LOS ESPACIOS PÚBLICOS Y RECREATIVOS?
 
“El juego no es solo diversión. Es el derecho de todo niño y niña. El juego estimula el desarrollo cerebral, favorece la adquisición de habilidades sociales y ayuda a las mentes brillantes de los jóvenes a alcanzar su máximo potencial”.
(UNICEF, 13 de agosto de 2019)
 
Desde la Revolución Industrial de finales del siglo XIX, las ciudades en la mayor parte del mundo se han entendido como lugares de negocios y producción industrial. Esto se refleja en la planificación de sistemas de transporte diseñados en torno a las necesidades de los trabajadores a tiempo completo o en el diseño de espacios públicos que ofrecen pocas oportunidades para que los niños y niñas pequeños jueguen de forma segura mientras quienes los cuidan interactúan entre sí.
 
Mientras que los espacios públicos se han vinculado con el trabajo productivo, los espacios residenciales se han relacionado con el trabajo doméstico y de cuidado, contribuyendo al diseño de ciudades que tienden a favorecer el trabajo productivo por encima del trabajo reproductivo en la esfera pública.
 
Dado que las mujeres realizan, en promedio, 2,5 veces más trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres (ONU Mujeres 2017), el diseño tradicional de las ciudades ha dado lugar al desarrollo de ciudades que no son “neutras en cuanto al género”, ya que fueron construidas para atender las necesidades de los trabajadores a tiempo completo y no tienen en cuenta las necesidades de otros grupos. Este tipo de planificación urbana ha contribuido a reproducir la división sexual del trabajo mediante la producción de espacios con una marcada segregación entre las dimensiones doméstica y pública, lo que afecta de manera desproporcionada las oportunidades de las mujeres en las ciudades, ya que ellas siguen asumiendo la mayor parte de las responsabilidades de cuidado (Urban Development Vienna, 2013; Urban 20, 2018).

Muchos autores que trabajan en el área de la intersección entre el género y el desarrollo urbano han puesto de relieve esta cuestión (Silbaugh 2008; España 2014) y han pedido que las ciudades se centren en la “sostenibilidad de la vida” (Valdivia, 2018) o, en otras palabras, en quienes son los principales receptores y proveedores del “trabajo de cuidados”[1]. Si bien este enfoque no pretende “naturalizar” la división sexual del trabajo, pretende contribuir a aliviar parte de la carga que soportan (principalmente) las mujeres y “preparar los espacios públicos para una sociedad más equitativa y justa en la que las tareas que aún son realizadas principalmente por mujeres sean compartidas por hombres y mujeres” (Campos, 1996). Desde esta perspectiva, las ciudades no solo deberían funcionar para los ciudadanos que tienen empleo y trabajan de 9 a 17 horas durante los días laborables, sino que deberían estar diseñadas para satisfacer las demandas de grupos que suelen estar marginados —niños y niñas pequeños y mayores, personas que cuidan de otras, personas mayores— prestando atención a la intersección de las identidades que conforman su desventaja, entre ellas el género, la discapacidad, la edad, la raza, la situación socioeconómica y la orientación sexual.
 
Esto significa diseñar espacios públicos — en particular calles— que sean seguros y fácilmente accesibles para todos estos grupos y dar prioridad a los servicios públicos que ellos necesitan.
 
En el caso de uno de esos grupos en particular —los niños y niñas con o sin discapacidad de todos los orígenes socioeconómicos— las ciudades y sus espacios públicos deben ser seguros para que ellos y las personas que los cuidan los utilicen. Cuando los menores juegan fuera de sus casas, en espacios públicos, se potencia su desarrollo cerebral, ya que la exposición a los espacios verdes en los primeros años de vida podría dar lugar a cambios estructurales beneficiosos en el cerebro, según estudios (Dadvand et al. 2018). Además, también se debería tratar que los espacios públicos sean divertidos o al menos, promuevan actitudes lúdicas, ya que además de ser un derecho de todos los niños y niñas, el juego también estimula el desarrollo cerebral y las habilidades sociales (UNICEF, 2016 y Ginsburg, 2007).
 
La falta de ciudades “lúdicas” —entendidas como lugares donde los habitantes, y en particular los más pequeños, pueden jugar o tener una actitud lúdica, por ejemplo a través del arte y la música— es otra consecuencia de esta idea de que la planificación urbana debe ayudar a crear ciudades para el trabajo productivo y los barrios residenciales deben ser los sitios de trabajo reproductivo.
 
Dentro de esta perspectiva, “el juego es visto como lo opuesto al trabajo” (Masson 2012), lo que también explica por qué los gobiernos tienen dificultades para justificar el gasto público en parques infantiles y el diseño de espacios públicos adecuados. Además de contribuir al bienestar de los niños, niñas y jóvenes, la creación de espacios públicos adecuados y seguros (incluidos los patios de recreo) también puede ayudar a aliviar parte de la carga de la labor de cuidado, en particular de las madres. Asimismo, puede dar a las personas que proporcionan cuidados la oportunidad de interactuar con otros adultos, ayudándolas a superar el aislamiento que a veces se asocia con quienes cuidan de niños y niñas pequeños, en particular en el caso de las madres solteras (Silbaugh 2008).
 
Por último, cabe destacar que para crear ciudades amigables con los niños (y lúdicas) hace falta algo más que construir parques infantiles; se trata de construir ciudades que sean seguras para los menores y puedan mejorar su desarrollo, su salud y su acceso a las oportunidades (ARUP 2017). Si bien los menores necesitan tener acceso a zonas diseñadas específicamente para que jueguen, también necesitan poder jugar con seguridad y pasar tiempo en lo que Jane Jacobs (2011) llamó “una base de operaciones no especializada al aire libre: las aceras”. Dentro de esta perspectiva, las ciudades que funcionan para la niñez no son las mismas que invierten únicamente en la construcción de parques infantiles. Las ciudades amigables con los niños son aquellas que proporcionan calles y espacios públicos seguros, dando a los menores la posibilidad de disfrutar de cierto nivel de movilidad independiente y de socializar con sus pares con comodidad. Además de ofrecer espacios públicos recreativos que sean inclusivos y entretenidos, las ciudades deberían ser seguras para que los niños y niñas de todas las capacidades puedan caminar y andar con seguridad, dándoles la oportunidad de jugar en todas partes y no solo en zonas de juego predeterminadas.

Þ     ¿QUÉ SON LOS ESPACIOS PÚBLICOS INCLUSIVOS Y RECREATIVOS?
 
“El juego parece ser tan necesario para la calidad de la vida diaria de los niños y niñas pequeños con discapacidad como lo es para todos los niños y niñas pequeños”.
Michelle Buchanan y Tricia Giovacco Johnson (2009)
 
La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por las Naciones Unidas en 1989, es un tratado internacional en que se reconoce el derecho al juego. En su artículo 31, se reconoce “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1989).
 
En la Convención también se hace énfasis en la idea expuesta en la sección anterior de que los espacios recreativos públicos son importantes y se destaca que los gobiernos deben promover el derecho del niño a jugar: “Los Estados Miembros respetarán y promoverán el derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística y propiciarán oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento” (artículo 31). En 2006, los países miembros de las Naciones Unidas aprobaron la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2006), en la que se establece que “los Estados Miembros tomarán todas las medidas necesarias para asegurar que todos los niños y las niñas con discapacidad gocen plenamente de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en igualdad de condiciones con los demás niños y niñas” (artículo 7) y adoptarán las medidas pertinentes para “[a]segurar que los niños y las niñas con discapacidad tengan igual acceso con los demás niños y niñas a la participación en actividades lúdicas, recreativas, de esparcimiento y deportivas” (artículo 30). Esta declaración es muy útil para recordar a todas las partes interesadas que los menores con discapacidad también juegan y que deberían tener la oportunidad de jugar en los espacios públicos junto con niños y niñas de todas las capacidades.
 
En la Nueva Agenda Urbana , aprobada en 2016, todos los países acordaron una visión de las ciudades y los asentamientos humanos que otorga prioridad a “la creación de espacios públicos seguros, inclusivos, accesibles, verdes y de calidad que crean las condiciones adecuadas para las familias, contribuyen a mejorar la interacción social e intergeneracional, las expresiones culturales y la participación política, según proceda, y fomentan la cohesión social, la inclusión y la seguridad en sociedades pacíficas y pluralistas, donde se satisfacen las necesidades de todos los habitantes, reconociendo las necesidades específicas de aquellos en situaciones de vulnerabilidad” Naciones Unidas (2017)
 
De manera similar, en la Agenda de Desarrollo Sostenible, los países acordaron el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11 de “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles” (Naciones Unidas 2015, ODS 11), una de cuyas metas es “de aquí a 2030, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad” (11.7). Uno de los indicadores para evaluar los progresos realizados por los países en relación con este ODS es la “proporción media de la superficie edificada de las ciudades que se dedica a espacios abiertos para uso público de todos, desglosada por sexo, edad y personas con discapacidad” (División de Estadística de las Naciones Unidas, sin fecha)[2].
 
Pero, ¿cómo podemos definir lo que se necesita para que un espacio público y recreativo sea “inclusivo”?
 
El término “diseño universal”, atribuido a Ron Mace, se refiere al “diseño de productos, entornos, programas y servicios que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado” (Mace 1985). El diseño universal se basa en siete principios para asegurar que cualquier ambiente sea funcional para todas las personas:
 
1. Uso equitativo: El diseño es útil y comercializable para personas con distintas habilidades.
2. Uso flexible: El diseño se ajusta a una amplia gama de preferencias y habilidades individuales.
3. Uso simple e intuitivo: El uso del diseño es fácil de entender, independientemente de la experiencia, los conocimientos, las habilidades lingüísticas o el nivel de concentración de quienes lo usan.
4. Información perceptible: El diseño transmite eficazmente la información necesaria a quienes lo usan, independientemente de las condiciones ambientales o de las capacidades sensoriales de esas personas.
5. Tolerancia al error: El diseño reduce al mínimo los peligros y las consecuencias adversas de las acciones accidentales o involuntarias.
6.  Mínimo esfuerzo físico: El diseño puede ser utilizado de manera eficiente y cómoda, con un mínimo de fatiga.
7. Tamaño y espacio para la aproximación y el uso: Se proporciona el tamaño y el espacio adecuados para la aproximación, el alcance, la manipulación y el uso, independientemente del tamaño corporal, la postura o la movilidad de quienes lo usan (Mace, 1985).
 
El concepto de diseño universal suele utilizarse indistintamente con otros conceptos como la accesibilidad, el diseño sin barreras y el diseño inclusivo. Según estos conceptos, las instalaciones recreativas inclusivas son aquellos espacios a los que personas con capacidades diversas pueden acceder y que éstas pueden utilizar y disfrutar de manera fácil y cómoda (Burke, 2013). Un parque recreativo inclusivo se compone entonces de dos partes principales: el propio espacio de juego y sus alrededores (Palomero Ferrer, 2015). Por lo tanto, debe incluir rampas accesibles y juegos adaptados, como columpios y balancines accesibles con cinturón de seguridad, carruseles accesibles para sillas de ruedas y juguetes multisensoriales, entre otros elementos.
 
El primer espacio recreativo para niños se construyó en un parque de Manchester (Reino Unido) en 1859; uno de los primeros parques infantiles inclusivos se construyó 140 años más tarde, en 1999, en el estado de Maryland (Estados Unidos)[3]
 
A Shelley Kramm se le ocurrió esta idea después de experimentar dificultades para llevar a su hija Hadley, que tiene parálisis cerebral, a los espacios de juego habituales. Desde entonces, su iniciativa ha inspirado la construcción de muchos parques infantiles inclusivos similares en todo el país[4]. Desde 2010, cuando se modificó la Ley sobre los Estadounidenses con Discapacidades (ADA) para cambiar las normas de accesibilidad de los espacios de juego, los parques infantiles inclusivos han adquirido más popularidad en los Estados Unidos[5]. Sin embargo, en los países en desarrollo siguen siendo escasos. En la siguiente sección se analizará el caso de la ciudad de Campinas (Brasil), donde el alcalde, Jonas Donizette; la Secretaria para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos, Eliane Jocelaine Pereira; representantes de la sociedad civil y otros funcionarios públicos se han comprometido a construir espacios públicos y parques recreativos inclusivos en la ciudad.
 
Þ     ESTÁNDARES NACIONALES QUE PROMUEVEN LA ACCESIBILIDAD Y EL DISEÑO UNIVERSAL EN BRASIL
 
En 1985, la Asociación Brasileña de Normas Técnicas (ABNT) creó la primera versión de la norma técnica nacional NBR 9050 con el título “Adecuación de los edificios y del mobiliario urbano para las personas con discapacidad”, que ahora se conoce como “Accesibilidad a las edificaciones, el mobiliario, los espacios y el equipamiento urbanos”
Los estándares establecidos por la NBR 9050 fueron utilizados como referencia nacional por técnicos y profesionales, pero no fueron legalmente exigibles hasta que en 2004 se aprobó el Decreto Federal Nº 5.296 del 2 de diciembre de 2004. Con la aprobación de la Ley Federal n° 13.146 del 6 de julio de 2015, también conocida como el Estatuto de la Persona con Discapacidad, se puso de relieve la importancia de asegurar la accesibilidad del entorno construido, entendido como “la posibilidad de uso seguro y autónomo de los espacios, el mobiliario y el equipamiento urbano, los edificios, el transporte, la información y la comunicación (incluidos sus sistemas y tecnologías), así como otros servicios e instalaciones abiertos al público, de uso público o privado pero destinados al uso colectivo, tanto en zonas urbanas como rurales, por parte de personas con discapacidad o con movilidad reducida” (Presidencia de la República 2015, artículo 3.I). Sin embargo, la norma no incluye ninguna recomendación específica sobre las instalaciones de los parques infantiles.
 
Þ     ESTUDIO DE CASO: LA CIUDAD DE CAMPINAS, BRASIL
 
Campinas, la décima ciudad más rica de Brasil, está situada en el estado sudoriental de São Paulo. Con una población de 1.194.094 habitantes en 2018, constituye la décimocuarta ciudad más grande del país.
 
Se estima que los niños y niñas de hasta nueve años de edad constituyen el 12% del total (139.166), y que la población total con algún tipo de discapacidad[6] constituye el 5,6 por ciento de la población total de la ciudad, lo que representa aproximadamente 60.000 personas. La superficie total de la ciudad es de 795,7 km2, con un promedio de 6,2 m2 de espacio verde por persona, lo que está por debajo del umbral mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, de 9,0 m2 de espacio verde por persona (2012, citado en Russo y Cirella 2018).
 
Þ     ENTORNO FAVORABLE A NIVEL LOCAL
 
Con el objetivo de promover la paz y diseñar intervenciones urbanas creativas que fomenten los intercambios pacíficos e intergeneracionales entre las familias y las comunidades, y con especial atención a la primera infancia, la Secretaría para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos de Campinas elaboró un programa municipal llamado La paz en el idioma del juego, basado en cuatro pilares:
 
1. La organización de una Semana Anual del Juego en el mes de mayo, destinada a promover una cultura de paz y apreciación de lo lúdico destacando la importancia del juego para el desarrollo de una infancia sana.
2. La construcción de parques infantiles inclusivos, mediante la identificación de los espacios públicos disponibles y la adquisición de equipamiento como se muestra en la figura 3.
3.  La promoción de intervenciones urbanas creativas e inclusivas en toda la ciudad, dando la oportunidad a los estudiantes y docentes universitarios de diseñar espacios públicos y comunitarios nuevos o readaptados para estimular el juego y las interacciones entre las familias y las comunidades.
4. La ejecución de proyectos destinados a repensar el uso social de la ciudad, como la construcción de jardines comunitarios.
 
Este programa municipal también se corresponde con el Plan Municipal de la Primera Infancia aprobado en 2018 por la ciudad de Campinas, que incluye entre sus objetivos la creación de programas intergeneracionales en los espacios públicos que promuevan las interacciones sociales entre los niños y niñas pequeños y las personas mayores, favoreciendo el cuidado y las relaciones respetuosas; la organización de eventos culturales y deportivos para las familias y las comunidades, y la promoción de los principios de accesibilidad y seguridad en los parques públicos para que sean accesibles y seguros para los menores de todas las capacidades (Alcaldía de Campinas, 2018).
 
Otro programa dirigido por la municipalidad es Campinas + accesible, cuyo objetivo es concienciar sobre los derechos de las personas con discapacidad y la importancia de la participación de toda la ciudadanía para hacer de Campinas una ciudad más accesible. Como parte de este programa, la ciudad de Campinas proporciona orientación técnica a las personas residentes, propietarias de negocios y proveedoras de servicios para que hagan las adaptaciones necesarias en sus aceras, incluso mediante el uso de pavimento táctil, de acuerdo con los requisitos de accesibilidad establecidos en la norma ABNT NBR 9050.
 
De este modo se garantiza que las aceras sean accesibles y estén libres de barreras que puedan impedir la libre circulación de las personas con discapacidad o movilidad reducida, los niños y niñas y las mujeres embarazadas.

 
Þ     ESPACIOS PÚBLICOS Y RECREATIVOS INCLUSIVOS EN CAMPINAS
 
Desde septiembre de 2019, Campinas ha construido cuatro espacios públicos y recreativos con zonas de juego inclusivas.
 
Estos se encuentran en las partes norte, sur, este y suroeste de la ciudad, como se muestra en el mapa siguiente. 
 
 
La idea de construir parques infantiles inclusivos en los espacios públicos existentes de la ciudad surgió como una exigencia de las personas que cuidan a menores con discapacidad, y con el apoyo de las madres que formaban parte de un movimiento social llamado LIA, siglas en portugués de Ocio, Inclusión y Accesibilidad. Esta demanda fue planteada oficialmente por un grupo de madres de niños y niñas con discapacidad durante una de sus reuniones mensuales con Eliane Jocelaine Pereira, la Secretaria para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos, y representantes técnicos de la Secretaría, en el marco de la iniciativa de este órgano de recoger sugerencias de la población sobre políticas públicas inclusivas. La Secretaría organiza reuniones con representantes de la sociedad civil, invitados a través del Consejo de Personas con Discapacidad, para darles la oportunidad de compartir sus principales preocupaciones y sugerencias en materia de política pública.
 
Las cuidadoras estaban preocupadas porque no podían llevar a sus hijas e hijos con discapacidad a jugar a los parques recreativos públicos de la ciudad, ya que esos menores no podían interactuar con los demás utilizando las instalaciones existentes.
 
Los parques públicos existentes no fueron diseñados para ser accesibles a todos los niños y niñas, incluidos los que tienen discapacidad, cuya única opción era jugar en su casa o en un centro dedicado a menores con discapacidad, donde los espacios de juego inclusivos ya eran una realidad. Las cuidadoras querían saber si el ayuntamiento estaría dispuesto a construir zonas de juego inclusivas en los espacios recreativos existentes, como se había hecho en otras ciudades de Brasil, como Curitiba y São Paulo.
 
Transcurría el año 2017 y la Secretaría para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos no disponía de recursos para financiar la puesta en marcha del primer parque inclusivo. Así pues, tuvo que movilizar a representantes de otras Secretarías —en particular la de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible— para buscar recursos. La Secretaría de Servicios Públicos, encargada del mantenimiento de los parques públicos, también participó en el proceso. La Secretaria los convenció de que era una intervención poco costosa (menos de 6.000 dólares estadounidenses por cada espacio de juegos) que podía tener un efecto importante en la vida de los habitantes de Campinas, en particular de las personas con discapacidad y quienes las cuidan. Como la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible disponía de recursos procedentes de un “decreto de consentimiento” firmado con una empresa privada, acordaron poner en marcha juntas el primer espacio recreativo inclusivo en el Parque de Pedreira do Chapadão[7].
 
Dos años más tarde, la municipalidad ya ha construido cuatro parques infantiles inclusivos por un total de 88.000 reales (aproximadamente 21.000 dólares estadounidenses a septiembre de 2019). Ahora forman parte de un programa más amplio (Campinas por la Paz) para la promoción de una ciudad inclusiva y pacífica, que incluye la construcción de parques infantiles inclusivos como uno de sus cuatro pilares. Los cuatro parques inclusivos son los siguientes:
 
1. Pedreira do Chapadão: Se trata del primer parque infantil inclusivo, construido en marzo de 2018 y financiado totalmente por el sector privado como parte de un “decreto de consentimiento” firmado por una empresa privada y la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Está en el barrio Jardim Chapadão, en el lado norte de la ciudad de Campinas, uno de los puntos más altos de la ciudad. Esta zona alberga un importante centro comercial, edificios de lujo y comunidades cerradas, lo que la convierte en un prestigioso barrio. La zona de juegos incluye dos columpios inclusivos, un balancín y un carrusel, y es totalmente accesible (incluidos sus alrededores). Costó 24.000 reales (equivalentes a 5.700 dólares en septiembre de 2019) y fue el fruto de una acción conjunta entre la Secretaría para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos, la de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, y la de Servicios Públicos.
 
 
2. Parque Dom Bosco: Se trata del segundo parque infantil inclusivo, construido en octubre de 2018 y financiado por el Fondo Municipal de Derechos de la Niñez y la Adolescencia en asociación con el comité multisectorial encargado del Plan Municipal para la Primera Infancia. Está emplazado en el distrito de Ouro Verde, en el suroeste de la ciudad, que es el distrito con mayor concentración de población. Limitado por dos carreteras (Bandeirantes y Santos Dumont) y el río Capivari, el distrito fue establecido a mediados del decenio de 1950 por migrantes procedentes de otras regiones de Brasil. El vecindario que rodea el parque está habitado principalmente por residentes de ingresos bajos y medios. El parque tiene dos columpios y un balancín (subibaja) inclusivos y costó 20.000 reales (equivalentes a 4.800 dólares en septiembre de 2019). 
 
3. Parque das Águas: Se trata del tercer parque infantil inclusivo, construido en marzo de 2019 en el marco de los esfuerzos que condujeron al Plan Multisectorial de la Primera Infancia en Campinas. Se encuentra en el barrio de Parque Jambeiro, en el sur de la ciudad, que incluye una zona industrial. El espacio es totalmente accesible y tiene un columpio, un balancín y un carrusel inclusivos. Su costo fue de 20.000 reales (equivalentes a 4.800 dólares en septiembre de 2019).
 
4. Parque Taquaral: Este es el cuarto espacio de juego inclusivo, construido en agosto de 2019 dentro de uno de los parques más grandes de Campinas, en un exclusivo barrio residencial ubicado en el este de la ciudad. Tiene dos columpios, un balancín y un carrusel inclusivos, y costó 24.000 reales (equivalentes a 5.700 dólares en septiembre de 2019). 
 
La ciudad de Campinas prevé construir dos parques inclusivos más para fines de 2020. Uno de los principales desafíos está relacionado con la falta de recursos para el mantenimiento, que actualmente es responsabilidad de la Secretaría de Servicios Públicos. Por lo tanto, el gobierno municipal cuenta actualmente con el apoyo de la ciudadanía para mantener las instalaciones estableciendo asociaciones con fundaciones privadas dispuestas a ayudar a mantener el equipo en buenas condiciones.
 
Como ya se ha dicho, los parques infantiles inclusivos permiten que los niños y niñas con y sin discapacidad jueguen juntos. La mayoría de las veces, se ve a menores sin discapacidad jugando con estos equipos. La Secretaría para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos trata que estos espacios de juego inclusivos se construyan junto a los espacios de juego existentes (regulares). Esta ubicación ayuda a facilitar la interacción lúdica entre los menores sin discapacidad y los menores con discapacidad, y reduce la posibilidad de que estos últimos sean llevados a una zona de juego “segregada”, promoviendo así el respeto mutuo entre todos los niños y niñas. Los parques infantiles inclusivos también son muy importantes para madres como Marina Barone Dantas, que tiene hijos con habilidades diferentes, ya que proporcionan la oportunidad de que toda la familia juegue y se divierta junta.
 
 
Þ     TESTIMONIO
“La importancia de los parques infantiles inclusivos radica en proteger la infancia del menor con discapacidad. Jugar es un derecho de la infancia, crucial para el desarrollo de cualquier niño o niña, y especialmente para el niño o niña con discapacidad. Muchos se quedan en casa y no saben lo que significa jugar en los espacios públicos. Además, el hecho de que la madre pueda recoger a sus hijos e ir al parque a jugar el fin de semana mejora su autoestima y confianza y le permite cuidar mejor de ellos también. Lo adecuado sería tener una zona de juego inclusiva en cada espacio público, porque jugar es el derecho de todos. Creo que el niño o niña que aprende desde pequeño a jugar con otros que son diferentes se convertirá en una persona adulta con más respeto por las demás”.
Marina Barone Dantas
Testimonio brindado el 27 de agosto de 2019 ante la Secretaría para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos.
 
 
 
Þ     ESTACIONES INCLUSIVAS DE GIMNASIA AL AIRE LIBRE
 
Además de los parques infantiles inclusivos, la ciudad de Campinas también ha construido varias estaciones inclusivas para realizar ejercicio físico al aire libre que pueden ser utilizadas por las personas que usan sillas de ruedas. En cumplimiento de los principios descritos en la norma nacional NBR 9050, estas estaciones cuentan con rampa s accesibles, cinturones de seguridad y barras de baja altura en todos los equipos de ejercicio aeróbico para las extremidades superiores. Cada estación inclusiva cuesta 20.000 reales (equivalentes a 4.800 dólares en septiembre de 2019). Estas instalaciones son sumamente importantes, ya que las personas con discapacidad tienen mayor riesgo de desarrollar afecciones de salud crónicas y secundarias en comparación con la población general (Rimmer et al. 2017).
 
 
Þ     JARDINES SENSORIALES
 
Los espacios de juego y las estaciones de gimnasia al aire libre inclusivos que se han presentado satisfacen sobre todo las necesidades de los niños, niñas y adultos que utilizan sillas de ruedas; sin embargo, no tienen en cuenta las necesidades de aquellos que tienen otros impedimentos.
 
Desde 2019, la ciudad de Campinas ha comenzado a construir jardines accesibles con juegos sensoriales dirigidos a personas con diferentes tipos de deficiencias.
 
El Jardín de los Sentidos de Gisela Heller Gordon es un espacio inclusivo que ofrece la posibilidad de estimular los cinco sentidos: el oído, la vista, el tacto, el olfato y el gusto. El jardín está situado cerca de un Centro de Referencia para la Rehabilitación y fue concebido como un espacio terapéutico. El sentido del olfato puede ser estimulado por plantas aromáticas como la menta y la lavanda. En la “zona del gusto” del jardín hay plantas comestibles, como hierbas medicinales y culinarias. En la “zona del tacto” se ofrecen diferentes texturas, y para la audición hay metales, conchas y bambú que pueden utilizarse para generar sonidos. El jardín es totalmente accesible y libre de barreras arquitectónicas, para que las personas con todo tipo de discapacidades puedan disfrutar plenamente del espacio. El proyecto costó aproximadamente 425.000 reales (equivalentes a 102.000 dólares en septiembre de 2019). 
 
 
Þ  OTRAS INICIATIVAS PARA PROMOVER LA INCLUSIÓN DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADULTOS CON DISCAPACIDAD EN LOS ESPACIOS URBANOS
 
Todos los espacios públicos mencionados anteriormente son conformes a la norma técnica brasileña de diseño universal NBR 9050, y la ciudad de Campinas trata de garantizar que sean fácilmente accesibles para todos. Como parte de estos esfuerzos, la ciudad ha invertido en la promoción de la accesibilidad de las aceras, edificios y autobuses públicos. El sistema de transporte público cuenta actualmente con 1.142 autobuses en funcionamiento, de los cuales 966 son accesibles, lo que representa el 84,6% de la flota. El nuevo sistema BRT (Bus Rapid Transit o Transporte Rápido en Autobús) que se está construyendo es totalmente accesible.
 
La municipalidad de Campinas también proporciona a todas las personas con discapacidad un documento de identificación llamado “Tarjeta bien accesible”, que facilita el acceso a todos los servicios públicos municipales, incluido el acceso gratuito a toda la red de transporte público, sin necesidad de presentar certificados médicos ni ningún otro documento.
 

Þ     GOBERNANZA URBANA INCLUSIVA
 
En 2013 se creó la Secretaría para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos de Campinas. Su objetivo es gestionar los servicios municipales de atención y protección social de las personas con discapacidad (como el Centro de Referencia para las Personas con Discapacidad) y promover proyectos multisectoriales para incluir a esas personas (entre otras formas, garantizando el diseño universal y la accesibilidad de todos los edificios públicos). Como parte de su mandato, la Secretaría para las Personas con Discapacidad y los Derechos Humanos acoge al Consejo Municipal de Personas con Discapacidad.
 
El Consejo, dirigido por representantes elegidos de entre la población de personas con discapacidad, constituye el órgano deliberativo, asesor y supervisor de todas las acciones políticas destinadas a la promoción, la inclusión social y la defensa de los derechos de las personas con discapacidad.
 
El Consejo está compuesto por 52 miembros, la mitad de ellos nombrados por el gobierno y la otra mitad elegidos por la sociedad civil. Incluye representantes de entidades que trabajan con personas con discapacidad y representantes de la población con discapacidad. La Secretaría también apoya a la organización de la Conferencia Municipal sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que se celebra cada dos años y tiene por objeto examinar cuestiones pertinentes para la formulación de políticas, programas y proyectos sobre el tema. La Secretaría colabora actualmente con la Universidad de Campinas a fin de recopilar datos que puedan utilizarse para demostrar el efecto del programa Campinas por la Paz (incluida la construcción de parques infantiles inclusivos) en el rendimiento social y educativo de la población infantil de la ciudad.
 
Þ     CONCLUSIÓN
 
Los esfuerzos de la municipalidad de Campinas por construir zonas de juego inclusivas en los parques públicos existentes en toda la ciudad son un ejemplo importante de un esfuerzo multisectorial y participativo apoyado por los líderes políticos. Comenzó como una demanda de representantes de la sociedad civil; en particular, de las madres encargadas de niños y niñas con discapacidad que carecían de instalaciones públicas donde ellos pudieran jugar. Lo que empezó como una intervención específica se transformó en una política municipal enmarcada un programa más amplio (Campinas por la Paz) para la promoción de una ciudad inclusiva y pacífica que funcione para todos. Se trata de una intervención que puede replicarse fácilmente en otras ciudades de los países en desarrollo, porque no es costosa. Sin embargo, debe combinarse con la prestación de servicios para la atención y protección social de las personas con discapacidad y con otras políticas, a fin de garantizar la accesibilidad de estas instalaciones, así como la promoción de una cultura que favorezca el respeto y la interacción entre los niños y niñas de todas las capacidades.

Ciudades Inclusivas para Niños
 
1- El diseño de los espacios públicos debe considerar las necesidades de los niños que viven en ciudades, incluyendo la necesidad de oportunidades recreativas.
2- Las ciudades que son seguras para los niños son buenas para los adultos.
3- Los parques de juego inclusivos permiten a todos los niños jugar en el mismo espacio, lo cual mejora la salud de los niños y reduce el estrés de sus cuidadores.
 
Þ     REFERENCIAS
 
- ARUP. 2017. Cities Alive: Designing for Urban Childhoods. Fecha de la consulta: 24 de septiembre de 2019.
- Asamblea General de las Naciones Unidas. 1989. Convención sobre los Derechos del Niño.  
- Asamblea General de las Naciones Unidas. 2006. Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
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[1] La Organización Internacional del Trabajo (2007) define el “trabajo de cuidados” como la labor de atender las necesidades físicas, psicológicas, emocionales y de desarrollo de una o más personas.
[2] Para obtener más información, véase la División de Estadística de las Naciones Unidas (UN Stats): https://unstats.un.org/sdgs/files/meetings/iaeg-sdgs-meeting-08/9b_11.7.1_UN%20Habitat_tier%20reclassification%20Nov%202018_final.pdf.
[3] Para obtener más información sobre la historia de los espacios de juego, véase: ESP. 2012. “The History of Playgrounds – Past, Present and Future”. ESP Play. Fecha de la consulta: 24 de septiembre de 2019. https://www.espplay.co.uk/the-history-of-playgrounds/.
[4] Para saber más sobre esta historia, véase: Rasicot, Julie. 1998. “A Playground for Hadley.” Washington
Post, 1 de octubre de 1998. https://www.washingtonpost.com/archive/local/1998/10/01/a-playground-forhadley/c46bd3f4-eebc-4909-b32d-5f86f74f7b03/.
[5] Para saber más sobre las regulaciones de la ADA, véase: https://www.ada.gov/2010_regs.htm.
[6] (García, Benevides y Alencar, sin fecha). La definición de discapacidad utilizada por el IBGE se basa en la percepción del informante de su dificultad para oír, ver y caminar o subir escaleras, incluso con facilitadores tales como audífonos, lentes de contacto y bastones. En el cuestionario también se procuraba determinar las discapacidades intelectuales y mentales mediante la comprensión por parte del informante de las dificultades para realizar sus actividades habituales. El marco conceptual adoptado para el censo se basó en la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2001.
[7] Un “decreto de consentimiento” es un acuerdo o arreglo que resuelve una disputa entre dos partes, en este caso una empresa privada y el gobierno municipal.

Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

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