lunes, 29 de mayo de 2023
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Orlando Daniel Pulvirenti*

Concejal de Junín Mandato Cumplido (1993-1997)

Renovación parcial de HCD: Un decálogo para concejalas y concejales

El correcto ejercicio de asignaciones constitucionales y legales para la construcción de instituciones sólidas y confiables. Por Orlando Pulvirenti,
La idea de sumarizar en reglas, aspectos básicos de una tarea o profesión no es novedosa; sin embargo, sí lo es cuando nos referimos a las y los concejales. En efecto, siendo que son los ediles son los primeros representantes de la población en el Gobierno más próximo a los vecinos, el correcto ejercicio de sus asignaciones constitucionales y legales adquiere una importancia mayor en la construcción de instituciones sólidas y confiables. De allí que la redacción de una serie de máximas en las que guiarse al momento de cumplir con la función para la que fue elegido, tiene una singular importancia, por cuanto brinda un conjunto de reglas mínimas con las que dirigir la gestión diaria.
 
En primer término, consideramos necesario hacer hincapié en el compromiso. Nadie puede hacer aquello para lo que no posee vocación, ni ganas, ni deseos. Esto que es válido para múltiples aspectos de la vida diaria, lo es también para la concejal o el concejal. Y ese compromiso con la tarea de gobernar en pos de la comunidad debe estar presente desde el primer día. Pero no se agota con ello, también debe promover que los votantes se involucren en la gestión local, favoreciendo la participación popular.
 
No debe tampoco olvidar que su función es representativa. Y que la llegada al cargo se produce mediante partidos políticos, lo que supone también atenerse dignamente al ideario de los mismos que son quienes proponen las candidaturas, sin olvidar que es el pueblo el que vota. 
 
Pero al momento de trabajar, la concejala o el concejal no puede olvidar que cada problema que se presenta tiene sus características y bemoles, lo que obliga a estudiar las ventajas y desventajas económicas, sociales, ecológicas y culturales de cada decisión que se impulse o contribuya a aprobar o rechazar.
 
Es ínsito a la labor legislativa el debatir. Y el debate; por cierto, también tiene sus reglas. Muchas de ellas impuestas por las leyes y reglamentos internos, y otras por la propia práctica del Cuerpo. Y ese debate exige ser consecuente en las convicciones, firme en la defensa, tanto en el recinto, en la prensa o en las redes sociales; pero sabiendo que igual derecho asiste a tus opositores, por lo que se debe ser respetuoso en la escucha de sus posturas, inteligente en el análisis de las mismas, teniendo por norte el leal enriquecimiento del debate en la solución de los problemas.
 
Y al momento de votar en Comisión, en la Sesión, se elige. Nuevamente como en muchos ámbitos de nuestra vida, siempre se elige, haciéndolo o inclusive no haciéndolo, por cuanto la omisión – o la abstención, con sus particularidades – son también una forma de optar; pero el mandato exige una vocación especial por tomar decisiones.
 
De lo expresado surge la necesidad de estudiar el ordenamiento jurídico en su conjunto, y actualizarse a diario sobre la vigencia, interpretación  y aplicación de las leyes, en especial de las ordenanzas. En tal sentido, es habitual hallar como un déficit de muchos concejos deliberantes la ausencia de digesto o de una tarea prolija de actualización del material normativo para saber qué ordenanza y con qué texto debe ser aplicada. Si la concejala o el concejal encuentran muchas veces dificultad en ello ¡Qué puede solicitarse a la vecina o al vecino que sepa! 
 
 
Y al momento de legislar, instamos a que se lo haga a conciencia, sabiendo que la ordenanza o ley local tiene la virtud de mejorar o el defecto de empeorar, la calidad de vida de los vecinos. Pero propiciamos en ese espíritu localista, propio del conocer especial que tiene el edil sobre su comunidad, que al momento de sancionar ordenanzas trabaje para afianzar la autonomía municipal, ese principio reconocido constitucionalmente desde 1994 por el artículo 123 pero que tanto cuesta en muchas provincias hacerlo realmente vivido.
 
Pero la concejala y el concejal también tienen un rol de control sobre el Poder Ejecutivo. Y esa tarea mal intrepretada en muchas ocasiones, no solo le cabe a quien circunstancialmente opositor, sino también al oficialista. Y en esto, sin desconocer el juego político partidario, entendemos se mejora en conjunto el Gobierno y en todos los supuestos, a que la comunidad prospere.
 
Sostenemos que siendo que en el marco republicano, la asignación electiva es periódica, debe hacerse un esfuerzo desde el día uno de gestión por aprender. Y se lo hace no solo estudiando, tal como recomendamos, sino observando la realidad, atendiendo a las necesidades, inquietudes, deseos y aspiraciones de los vecinos; y operando para que ella sea mejor. 
 
Finalmente creemos que hay cuestiones de ética fundamentales en el reconocimiento que la comunidad otorga a una persona al votarla como concejala o concejal; y a quién es electo le cabe una obligación primaria de honrar ese cargo. Ello exige desear y trabajar en el día a día para dejar una huella en la construcción de una comunidad mejor.
 
En conclusión, habiendo pensado de qué manera resumir las experiencias, conocimientos, aprendizajes y enseñanzas recibidas en tantos años de haber transitado un concejo deliberante como concejal, y muchos otros, en las gentiles invitaciones que me han hecho para compartir anécdotas, materiales y algunas clases; entiendo que este decálogo, mejorable por cierto como toda obra humana, da muchas pautas para ejercer un cargo público de la relevancia y honor que confiere el ser edil.
 
 
Decálogo del Concejal y la Concejala
 
1. Comprometerse
A la tarea de gobernar en pos de tu comunidad, consciente que deberías dar cuenta de lo que haga con aquella confianza que los/as vecinos/as depositaron sobre ti en el voto y que renuevan a diario. Promueve en esa inteligencia que también tus votantes se involucren con la gestión local y sé vehículo para ello.
 
2. Representar
Representa dignamente las ideas del partido político que propuso tu candidatura y consensua soluciones con quienes en él se acompañan, pero en caso de duda, nunca olvides que el mandato te lo ha dado el pueblo.
 
3. Ponderar
Analiza en detalle cada problema que se te presente y estudia las ventajas y desventajas económicas, sociales, ecológicas y culturales de cada decisión que impulses o contribuyas a aprobar o rechazar.
 
4. Debatir
Se consecuente en tus convicciones, firme en la defensa de ellas y hasta vehemente en su discusión en las comisiones, en el recinto, en la prensa o en las redes sociales; más no olvides que igual derecho asiste a tus opositores/as, por lo que se respetuoso/a en la escucha de posturas, inteligente en el análisis de las mismas teniendo por norte el leal enriquecimiento del debate en la solución de los problemas.
 
5. Elegir 
Elige, porque para ello ha sido a su vez elegido/a, debiendo solo abstenerte cuando exista una causal extrema que impida a tu moral expresarse en el caso.
 
6. Estudiar
Estudia las Leyes y actualízate a diario sobre su vigencia, interpretación y aplicación, por cuanto eres el/la primero/a que debe cumplirlas, sabiendo que solo la ley en su conjunto, iguala al/la rico/a con el/la pobre y al/la poderoso/a con el/la débil.
 
7. Legislar
Legisla siempre a conciencia, sabiendo que la ordenanza o ley local que apruebes tendrá la virtud de mejorar o en el defecto de empeorar, la calidad de vida de tus vecinos/as y afírmate en la necesidad de que tu comunidad halle sus propios caminos, sin injerencias que afecten su autonomía.
 
8. Controlar
Controla al Poder Ejecutivo, cuando seas opositor/a y más aún cuando pertenezcas al oficialismo, puesto que en ambos casos ayudarás a que sea mejor Gobierno y en todos los supuestos, a que tu comunidad prospere.
 
9. Aprender
No olvides que la distinción que te han dado tus vecinos/as es efímera, aprende de ellos/as, observa la realidad y opera sobre ella para hacerla mejor, haz buen uso del escaso tiempo que te han conferido.
 
10. Honrar: Honra el cargo, desea y trabaja para que al finalizar tu mandato hayas podido dejar una huella en la construcción de una comunidad mejor, que nadie ni nada tenga algo que demandarte y que tanto tú, como tus afectos recuerden con alegría y orgullo tu paso por el Concejo Deliberante.
 
*Orlando Daniel Pulvirenti - Concejal de Junín Mandato Cumplido (1993-1997) / Autor del Decálogo de Concejalas y Concejales, declarado de interés municipal por las Municipalidades de General Madariaga (Provincia de Buenos Aires) y (Provincia de Córdoba), encontrándose en tratamiento similar distinción por muchas otras municipalidades del País.  
 

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